INTELIGENCIA EMOCIONAL PERSONAL

Índice de contenidos

1. Introducción

  • Método EAG (emoción; autoconocimiento; gestión emocional)
  • La importancia de la inteligencia emocional en el trabajo
  • Inteligencia emocional & Coeficiente intelectual

2. Emoción

  • Gestión emocional y educación
  • Diferencias de género respecto a las emociones
  • Importancia de manifestar las emociones
  • Biología de las emociones (Contenido exclusivo de curso)
  • Pasos para gestionar las emociones
  • Ejercicios emociones (Contenido exclusivo de curso)

3. Autoconocimiento

  • Autoengaño
  • Valores
  • Valores en el trabajo
  • Ejercicios valores (Contenido exclusivo de curso)
  • Creencias
  • Ejercicios creencias(Contenido exclusivo de curso)
  • Autoanálisis autoconcepto (Contenido exclusivo de curso)
  • Ejercicios autoanálisis (Contenido exclusivo de curso)

4. Gestión emocional (Contenido exclusivo del curso)

5. Curso online de Inteligencia Emocional Personal

1. Introducción

1.1 Método EAG (emoción; autoconocimiento; gestión emocional)

Cuando te conoces te comprendes, cuando te comprendes te aceptas, cuando te aceptas puedes superarte.

Las habilidades en inteligencia emocional nos hacen percibir, comprender y manejar mejor nuestras propias emociones.

Según estudios científicos, un buen manejo de nuestras emociones actúa como factor protector de la carga emocional negativa, disminuyendo síntomas como el estrés, la ansiedad, o la depresión. Estos son problemas que ya tratamos en otros cursos, pero pueden tener un abordaje multifocal, consiguiendo así mejores resultados.

Se ha concluido, según un estudio del Instituto de Investigación Capgemini, que la inteligencia emocional será una habilidad imprescindible en el futuro. Las investigaciones apuntan a que la demanda en este terreno aumentará por seis en los próximos años.

En el ámbito del trabajo, aprender a gestionar bien nuestras emociones ayuda a mantener unas relaciones laborales sanas, algo fundamental en dinámicas de empresa y trabajos de equipo.

Desde Osatoki Salud hemos desarrollado un método de trabajo orientado a la mejora de la inteligencia emocional. Nuestro método lleva las siglas EAG: Emoción, Autoconocimiento y Gestión Emocional. Al incidir sobre estos tres aspectos conseguimos un tratamiento muy completo de la cuestión, lo que afianza los beneficios que tal perspectiva puede ofrecer.

La importancia de la inteligencia emocional en el trabajo

Tener altos niveles de coeficiente en inteligencia emocional hace que podamos soportar mejor, niveles de estrés elevados.

Diversos estudios han demostrado que hay una asociación inversa entre los niveles de inteligencia emocional y los niveles de estrés crónico percibido por la persona. A tenor de los datos presentados por distintas investigaciones, parece ser que la inteligencia emocional es un atributo que ayuda a manejar mejor el estrés crónico.
En una sociedad en la que el estrés es prácticamente universal, la inteligencia emocional sería una herramienta fundamental de nuestra capacidad de resiliencia.

Por otra parte, se ha señalado que las personas con una alta inteligencia emocional tienen más probabilidades de tener salarios elevados. En 2017, un estudio publicado en el Journal of Vocational Behaviour presentó sus conclusiones al respecto tras analizar la inteligencia emocional de un variado grupo de universitarios estadounidenses, a los que se siguió durante una década a lo largo de su trayectoria profesional tras finalizar sus licenciaturas. Los resultados mostraron que aquellos que puntuaban más alto en inteligencia emocional tenían mejores salarios que sus compañeros con menor inteligencia emocional, independientemente del sector profesional al que pertenecían.

La inteligencia emocional también es un rasgo muy atractivo por otro motivo igualmente relacionado con el éxito profesional. Las personas con una inteligencia emocional más elevada tienen mayores probabilidades de tener mentores seniors, quienes pueden ejercer una influencia extraordinariamente positiva en el éxito de sus carreras.

Asimismo, tener un coeficiente de inteligencia emocional elevado repercute también a la hora de aceptar mejor los feedbacks y aprender de nuestros errores. Por el contrario, personas con un coeficiente emocional bajo tienen más dificultades para aceptar la crítica, lo cual merma su capacidad de automejora y, por ello, convertirse en un impedimento para mejorar en sus carreras.

Las personas con un coeficiente emocional elevado tienen la habilidad de percibir, comprender y manejar sus emociones, lo que les ayuda a lidiar con situaciones interpersonales complejas en el trabajo. Cuanto más subamos en la escalera profesional, más importante es contar con una buena inteligencia emocional.

Los puestos senior requieren personas exitosas que sean capaces de inspirar, persuadir, y construir relaciones profesionales adecuadas con los demás.

Inteligencia emocional & Coeficiente intelectual

La inteligencia emocional no es una inteligencia ajena a la inteligencia general. De hecho, estos dos tipos de inteligencia están íntimamente entrelazadas.

Por lo general, las personas con un coeficiente intelectual alto comprenden mejor los comportamientos sociales. En un estudio a través de escáneres cerebrales realizado a 152 veteranos de la guerra de Vietnam (grupo escogido por sufrir unos determinados daños cerebrales muy localizados que ayudan a comprender mejor qué funcionamiento tiene un área concreta del cerebro) se descubrió que había una superposición significativa en las áreas de inteligencia general y de inteligencia emocional, tanto en la actividad cerebral, como en las mediciones de la conducta. En este sentido, puntuaciones más altas en inteligencia general (atención, percepción, memoria lenguaje y pensamientos) predecían mejores desempeños en inteligencia emocional, lo que parecía demostrar que existía un vínculo de las regiones implicadas en ambas (el cortex frontal y parietal).

Se puede decir que la inteligencia emocional depende de la inteligencia general y de cómo se procesa la información social. Dicho de otra manera, la razón y la emoción están intrínsecamente interrelacionadas. Esto explicaría por qué daños en las zonas que están implicadas en la inteligencia emocional pueden causar verdaderos problemas en la vida diaria.

2. Emoción

Gestión emocional y educación

Tradicionalmente se ha dado más importancia a enseñar contenidos dirigidos a incrementar el conocimiento, en detrimento de un cuidado desarrollo de nuestra inteligencia emocional.

Tal planteamiento, sin embargo, es como empezar la casa por el tejado. Las personas que, en la etapa adulta, no son capaces de identificar y gestionar bien sus emociones, tienen muchas más probabilidades de tener problemas en el trabajo, en sus relaciones personales, y de sufrir trastornos psicológicos como depresión o ansiedad. En cambio, cuando dominamos el lenguaje emocional estamos mejor capacitados para adquirir todo tipo de conocimientos y relacionarnos con los demás. No se empieza la casa por el tejado, se empieza por los pilares.

Diferencias de género respecto a las emociones

La psicología del desarrollo ha constatado que desde la infancia a los hombres y a las mujeres se les enseñan lecciones muy distintas acerca de cómo expresar las emociones.

La emocionalidad ha sido típicamente asociada a lo femenino, estableciendo el supuesto de que las mujeres son más emotivas que los hombres.

Los roles de género aplicados al campo de la inteligencia emocional no hacen sino lastrar nuestra propia experiencia. Es necesaria una reelaboración de semejante perspectiva limitadora y reduccionista. Para que este cambio se asiente es muy importante la actitud y el papel que representan la madre y el padre referente al mundo emocional de sus hijas e hijos.

Comprender nuestras emociones y manifestarlas es igualmente importante para ambos géneros.

Importancia de manifestar las emociones

Las personas que reprimen sus emociones tienen más problemas de salud. Un estudio realizado a 50.000 personas en Corea del Sur, demostró que las personas que siempre esconden las emociones en el trabajo tienen más probabilidades de manifestar presentismo que aquellas que nunca las esconden. Además de esto, al esconder las emociones en el trabajo es probable experimentar menor bienestar psicológico en relación a las personas que nunca las ocultan.
Según el psicólogo social estadounidense James W. Pennebaker, las personas que reprimen sus emociones también deprimen el sistema inmune, lo que las hace más vulnerables a todo tipo de enfermedades (desde resfriados, hasta cáncer).

Por otra parte, también se ha demostrado que los pacientes con cáncer que enmascaran crónicamente sus experiencias y sentimientos responden peor a los tratamientos proporcionados que aquellos más proclives a exteriorizarlos.
En resumen, no nos interesa ocultar, tapar, esconder, encerrar y reprimir nuestras emociones en un cajón. Lo que nos interesa es poder compartirlas, darles un sentido, intentar comprenderlas y aprender a gestionarlas.

Biología de las emociones

En la biología de las emociones intervienen, el sistema nervioso central, el sistema nervioso autónomo, y el sistema nervioso entérico.

En este último, también denominado “eje cerebro-intestino”, existen entre 200 y 600 millones de neuronas. Semejante cantidad equivale al número de neuronas de la médula espinal.

Recientemente se ha descubierto la íntima relación entre la microbiota intestinal, y el estado de salud mental. Se ha constatado que ciertos alimentos, en general los alimentos ultraprocesados, consumidos en grandes cantidades, predisponen a estados de depresión e irritabilidad. A día de hoy, desconocemos los mecanismos concretos por los que esto sucede, puesto que la señalización neuroquímica en del eje cerebro-intestino es sumamente compleja. Es probable que en las próximas décadas tengamos más conocimientos de cómo nuestra nutrición, y la población bacteriana de nuestro intestino, afectan a nuestra toma de decisiones, estado de ánimo, y salud mental.

Lo que de momento sí conocemos más en detalle es la biología de las emociones asociadas al sistema nervioso central y autónomo.

Pasos para gestionar las emociones

Para poder gestionar bien las emociones se tienen que ir dando pequeños pasos.

    1. El primer paso es adquirir un rico vocabulario emocional.
    2. El segundo paso es aprender a reconocer las emociones que sentimos
    3. El tercer paso es aprender a interpretar esas emociones
    4. Y el cuarto y último paso es aprender a gestionarlas

Dentro del contenido del curso estos pasos se realizan mediante ejercicios específicos. Algunos ejercicios están propuestos para hacerlos en un día, pero otros ejercicios están propuestos para hacerlos a lo largo de una o dos semanas. Tenemos que ser conscientes de que no podemos trabajar nuestra capacidad intrapersonal en un día. Asimismo, os recomendamos compartir el proceso con una persona allegada.

3. Método EAG: Autoconocimiento

Autoconocimiento

Hacer un trabajo de autoexploración es como emprender un viaje. Cuando estás preparando un viaje buscas guías, preparas la maleta y te vas mentalizando para lo que te puedes encontrar. En este trabajo de autoconocimiento te pido que hagas exactamente lo mismo. Piensa que vas a emprender un viaje hacia lo desconocido. Plantéate qué puedes descubrir. Siente la emoción o el entusiasmo de la primera vez en un nuevo lugar. Y parte siempre de la base de que lo más importante, a lo largo de todo el trabajo, es ser indulgente con tu persona.

Si tienes este último punto en cuenta, es decir, la indulgencia, será más fácil que puedas trabajar todos los conceptos que te vamos a proponer desde la honestidad. De esta manera realizarás una mejor autoexploración.

Un error muy común cuando hacemos un trabajo de introspección es no querer ver zonas oscuras que tenemos por miedo a hacernos daño. Esto ocurre porque empezamos este viaje sin haber hecho un trabajo de preparación previo. La clave es la aceptación.

Antes de empezar el viaje repite estas palabras en tu mente:

“No importa lo que vaya a descubrir. No importa como haya sido el pasado. Lo que importa es lo que puedo hacer aquí y ahora, para cambiar mi presente y mi futuro”

Te vamos a proponer que descubras quién eres, quién quieres ser y qué emoción domina tu vida, con el objetivo de aprender en el camino a gestionar tus emociones personales, eliminando formas de pensar que te limitan y poniendo freno a emociones que te pueden hacer daño.

Emprender el viaje

Uno de los motivos por los que el trabajo de introspección es tan interesante es porque determina el punto de partida de cualquier destino al que queremos ir. Cuando comienzas un viaje en coche y nunca has estado antes en ese destino, lo que haces es poner el GPS. Lo primero que el GPS realiza para darte la mejor ruta, es averiguar tu ubicación.

Ahora imagina que tienes un sueño, una meta, un objetivo en tu vida, personal profesional. Siempre miramos a la meta, pero no solemos pensar en nuestra ubicación. Para conocer nuestra ubicación debemos realizar este trabajo de introspección. De esta manera podremos trazar mejor el camino que nos lleve a ese destino que estamos buscando.

Dentro del autoconocimiento vamos a ver aspectos tan importantes como:

  • El Autoengaño
  • La autoexploración: Valores centrales, Creencias preestablecidas,Autoanálisis (La automejora)

Autoengaño

El autoengaño es universal. El ser humano está predispuesto biológicamente a caer en el autoengaño. Se ha descubierto que cuando mentimos a otra persona, aumenta nuestra carga cognitiva. Esto quiere decir, que el cerebro consume más recursos y energía que cuando decimos la verdad.

Los procesos en el cuerpo humano siempre tienden al ahorro energético. Como mantener una mentira le cuesta más al organismo que decir la verdad, pero a veces la mentira nos favorece, el cerebro se ha buscado un mecanismo para reducir esta carga cognitiva. Y lo hace mediante el autoengaño.

Las personas con una carga cognitiva previa elevada, por circunstancias personales como el estrés, tienden más fácilmente a convertir esa mentira dirigida al otro, en una mentira enfocada hacia sí mismos, lo que conlleva un autoengaño. El autoengaño tiene beneficios a corto plazo, pero hay que pagar un alto precio a largo plazo.

Muchos estudios han demostrado que el autoengaño tiene efectos positivos en las personas, como mejoras subjetivas del bienestar, incremento de la autoconfianza y del encanto personal autopercibido. Por otro lado, los estudios también han demostrado, que el autoengaño tiene efectos negativos en los individuos. Uno de ellos es que es imposible para los individuos reconocerse claramente a sí mismos, lo que no favorece un desarrollo de la persona.

El autoengaño promueve, en el peor de los casos, comportamientos inmorales, mentiras, la bancarrota de compañías y gobiernos, comportamientos corruptos y el debilitamiento de las organizaciones.

Un feedback negativo puede disminuir la frecuencia del autoengaño reduciendo las creencias positivas del individuo y mejorando la autoconsciencia.

Valores

Los valores son los referentes morales que orientan la posición de una persona ante el mundo, tanto a nivel intelectivo, emotivo como conductual.

Cómo nos comportamos, qué pensamientos tenemos, incluso qué sentimientos desarrollamos pueden estar influidos por nuestros valores centrales, seamos o no seamos conscientes de ello.

Tener clara nuestra escala de valores es como llevar una brújula que nos va orientando por el camino que estamos transitando. Cuando tenemos claro a dónde queremos ir, quizás no es tan necesaria esa brújula, pero cuando nos enfrentamos a situaciones y hechos de gran incertidumbre, o desconocidos tomaremos mejores decisiones si llevamos esa brújula interna incorporada, es decir, si hemos trabajado previamente cuáles son nuestros valores centrales y los tenemos en cuenta a la hora de posicionarnos ante el mundo y ante nosotros mismos.

El trabajo de autoconocimiento requiere que tratemos al menos 2 temas nucleares: (A) Nuestros valores y (B) nuestras creencias centrales.

Cuando decidimos un nuevo destino y ponemos el GPS, éste lo primero que hace es encontrar nuestra ubicación. Cuando trasladamos esta idea a nuestra persona, esta ubicación, es decir, el punto de partida, es precisamente la escala de valores por la que nos regimos y las creencias que tenemos.

Cuando nuestras acciones y nuestros valores entran en conflicto, esta disonancia entre acción y planteamiento vital puede conducirnos a estados de frustración, desmotivación, desánimo y baja autoestima. Para evitar todas estas sensaciones y estados de ánimo poco deseables, a lo largo de esta sección vamos a trabajar cuatro aspectos:

  • Valores
  • Valores en el trabajo
  • Valores y toma de decisiones
  • Valores y relaciones personales

Valores en el trabajo

Una de las cualidades que más valora el personal de dirección de recursos humanos es la motivación de la persona trabajadora. Conocer cuáles son nuestras líneas rojas, es decir, valores que si no se cumplen nos van a hacer sentir frustrados, insatisfechos, tristes y desmotivados en el ámbito laboral, es un trabajo en el que todo el mundo sale ganando, tanto la empresa, como la propia persona.

Es importante, además, hacer una distinción entre línea roja y valor importante, pero no esencial. No todos los trabajos a los que podemos aspirar nos van a llenar plenamente, pero sí es importante encontrar un equilibrio entre nuestra esfera laboral y nuestra esfera personal. Si para nosotros un valor esencial es querer ayudar a otras personas, y no conseguimos hacerlo a través de nuestro trabajo es algo que de todas formas podemos seguir realizando en nuestro tiempo libre. De la misma manera, podemos valorar como importante un buen clima laboral, pero si hay otros elementos que nos hacen valorar ese trabajo, podemos compaginar un clima no tan grato, con unas buenas relaciones personales en nuestra esfera privada y así equilibrar la balanza. Todo en esta vida es una cuestión de equilibrio.

Queremos que trabajes cuáles son tus valores esenciales, importantes y no importantes en el ámbito laboral, para evitar frustraciones, insatisfacciones, incluso sentimientos de culpa o de gran malestar.

¿Qué valores en el trabajo son para ti importantes?

Creencias

Ahora que ya has trabajado en profundidad la sección de valores le toca el turno a la de creencias.

Imagínate que estás en una tienda y puedes probarte gafas te distintos colores. Cuando sales al exterior, algunos de esos colores hacen que veas el mundo más lúgubre o tétrico. Sin embargo, otros colores hacen que veas el mundo mucho más vivo y hermoso.

Nuestras creencias funcionan igual que las distintas lentes de esas gafas. Las creencias positivas nos hacen ver el mundo de una manera más amable y hermosa que las negativas. El mundo sigue siendo exactamente el mismo. El futuro sigue siendo igual de impredecible. Nosotros seguimos siendo las mismas personas, pero no nos comportamos igual.

Las creencias orientan un modo de ser en el mundo, ante quienes somos y frente a los demás. Este es un aspecto compartido con los valores centrales. Decir que una persona cree en algo es decir que una persona está dispuesta, a priori, a comportarse de una determinada manera bajo una determinada condición.

Nuestras creencias influyen en cómo pensamos, cómo actuamos, qué decisiones tomamos y, en este sentido, pueden también llegar a afectar a nuestro estado de salud y nuestro estado de ánimo.

Acabas de leer un resumen de una sección del Curso de Inteligencia Emocional Personal que hemos preparado para formar al personal empleado en las empresas. Si quieres conocer más acerca del curso te invitamos a que te descargues la ficha, veas la demo gratuita del curso y el vídeo de presentación.

No dudes en ponerte en contacto con nosotros si quieres obtener más información.

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Escrito de la Editorial Osatoki